Miles de niños de EEUU exiliados en México

POR MANUEL OCAÑO, ~ EXCELSIOR.COM.MX ~ ABRIL 30, 2016

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SAN DIEGO--En el vecindario Mariano Matamoros, en Tijuana, la señora Eve Torres trabaja en casa para sobrevivir como deportada de California con sus cuatro hijos, algunos de ellos estadunidenses y todos menores de edad.

“Ha sido como una batalla cuesta arriba”, dice, desde que las autoridades de migración la detuvieron en Oxnard, al norte de Los Ángeles, hace dos años y medio, porque la familia ha tenido que adaptarse a un país en el que nunca había vivido, pero esa adaptación está lejos de terminar.

“A los más pequeños todavía se les dificulta mucho”, dijo doña Eve mientras tomaba un descanso en su trabajo en serigrafía, “tienen dificultades para escribir en forma cursiva, deletrean aún ahora algunas cosas en inglés, parece que estuvieran como en primer año”.

Cuando fue deportada a Tijuana, Torres, de 34 años de edad, llamó a conocidos en California, pero nadie se quiso hacer cargo de los niños. La opción era permitir que pronto la oficina de Servicios Infantiles del condado de Ventura se enterara que los menores estaban solos y los “rescatara” para ponerlos en adopción.

Los dos más pequeños, ambos estadunidenses, fueron los que exigieron de inmediato estar con su mamá, no importaba si era en México.

Expulsada a una ciudad donde no tenía conocidos, sin documentos mexicanos ni dinero, sólo encontró apoyo de una organización de madres deportadas en Tijuana, Dreamers Moms Tijuana (Madres soñadoras de Tijuana), que la apoyaron y le ofrecieron contacto con sus hijos.

“Y, pues, me los traje como pude; me prestaron algo de dinero y traje unos a los 15 días de estar deportada, a los otros a los dos meses; allá (en California, a escasos 15 kilómetros de distancia) se quedó el mayor”, Kevin, de 16 años de edad, quien ocasionalmente puede mandarle algo de dinero para ayudarla.

Su exesposo está en California, pero nunca le ha ayudado. “Llevo ocho años de divorciada y de hecho desde el primer día yo me hice cargo de todo lo que tiene que ver con mis hijos”, explicó.

En “el Mariano”, como se conoce al vecindario de familias de bajos ingresos al este de Tijuana, viven con la señora Eve sus hijos Pamela de 15 años, Javier, estadunidense de 11 años y Andrew de 9 años también californiano.

Como estos últimos dos niños de nacionalidad estadunidense que decidieron vivir con su mamá en Tijuana, “en México hay más de 900 mil niños estadunidenses en autoexilio al decidir estar con sus padres deportados”, de acuerdo con cálculos del director del Centro de estudios California México en Long Beach, Armando Vázquez Ramos.

“Este es un daño colateral de enormes dimensiones humanas”, dijo el profesor universitario, “que el propio gobierno de Estados Unidos promueve al ayudar a los menores, de nacionalidad estadunidense, a salir del país para que se reúnan con sus padres deportados”.

En lo que va de la administración del presidente Barack Obama, han sido deportados cerca de dos millones y medio de indocumentados e incluso miles de residentes legales. El 96 por ciento de los expulsados es latinoamericano y de ellos, los mexicanos son la mayoría.

Vázquez ha llevado una cuenta de familias divididas por deportación que terminan por reunificarse en México, cuando los hijos deciden reencontrase con sus padres.

“Es un flujo de padres deportados y niños que les siguen con ayuda que pretende ser humanitaria de parte del gobierno de Estados Unidos”, explicó.

Aun ahora que la Suprema Corte estadunidense delibera, continúan las deportaciones “calculamos que de mil personas diarias en promedio, y la mayoría son mexicanos”, de acuerdo con Vázquez.

Interroga: “¿por qué es una tragedia ignorada?, porque ninguno de los dos gobiernos (federales) hace lo suficiente por ayudar a una comunidad de millones de mexicanos deportados y cientos de miles de estadunidenses en autoexilio”, aseveró el profesor.

Vázquez dijo que tampoco la prensa ha hecho suficiente por atender a esa comunidad, aun cuando es tan numerosa y sus pesares son grandes.

Esta semana, el congresista Alan Lowenthal adelantó que planea presentar una iniciativa para ayudar a niños estadunidenses que han tenido que mudarse a México y otros países a vivir con sus padres deportados, pero dijo que será después de la elección.

Las propuestas dependen en cierta forma de la presidencia del Congreso y la actual “no va a permitir una reunificación, ni por motivos humanitarios”.

Lo que el congresista dijo que sí puede hacer es demandar que el secretario de Estado, John Kerry, informe sobre los menores estadunidenses en México y otros países, y cómo se atiende a esa comunidad que se vio obligada a dejar el país para unirse a sus padres.

Mientras tanto, el profesor Vázquez explicó que para los menores estadunidenses es un derecho constitucional estar con sus padres.

Dijo que si la Suprema Corte aprueba la orden de Alivio a Deportaciones del presidente Barack Obama en unas semanas, la parte denominada Acción Diferida para Padres de menores estadunidenses (DAPA, por sus siglas en inglés) permitirá permanecer en el país legalmente a los papás de niños ciudadanos.

“Nosotros creemos y peleamos que ese programa se amplíe a los padres de estadunidenses que han sido deportados, los padres de 900 mil niños en México, claro que también están los padres centroamericanos, pero ese es otro gran drama adicional”, dijo el profesor.