Ley de Seguridad Interior, regalo navideño para EU

Por Primitivo Rodríguez Oceguera ~ La Jornada, Diciembre 18, 2017

La Ley de Seguridad Interior aprobada el viernes anterior, representa un invaluable regalo navideño, pero no para las fuerzas armadas ni para el gobierno de Enrique Peña Nieto, sino para Estados Unidos.

Gracias a la referida ley, Washington tiene ahora la certeza jurídica de que la inútil y devastadora guerra que nos ha impuesto con la Iniciativa Mérida forma ya parte del andamiaje institucional de la nación.

En consecuencia, la guerra contra el narco, la migración indocumentada y el terrorismo será legal y permanente, sin importar que no ha resuelto sino agravado abuso, extorsión, secuestro, trata, desaparición y muerte de ciudadanas, ciudadanos y migrantes. Sin que importe, a la vez, que tal guerra humille y degrade a las fuerzas armadas, al convertirlas en achichincles, migras y verdugos del Tío Sam. Sin que valga, asimismo, que la guerra en cuestión la lleven a cabo miliares o policías, y sea la principal causa de la masiva violación de derechos humanos, incluyendo el asesinato de periodistas y dirigentes sociales.

Para Estados Unidos, la Ley de Seguridad Interior consumó la transformación de México que han impulsado los gobiernos neoliberales: no es más patio trasero, sino república bananera.

ANALISIS DE LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR

El problema fundamental de la masiva violación a derechos humanos, desapariciones y asesinatos que padecemos, así como de la corrupción e impunidad sin precedente que hunden al país, ES LA GUERRA QUE TIENE LUGAR EN MÉXICO.

Guerra ésta que con asesoría norteamericana inició Felipe Calderón en 2007 y que para beneficio de sus intereses geopolíticos Washington hizo formalmente suya en 2008 a través de la Iniciativa Mérida. De ahí que el verdadero jefe, el mandamás de la guerra no sea el Estado mexicano, sino el gringo. Ello no quita un gramo de responsabilidad a los gobernantes mexicanos y las Fuerzas Armadas, por el contrario, añade un cargo, quizás el más grave de todos: servir como achichincles, guaruras y verdugos del Tío Sam.  

Al ignorar el papel central que Estados Unidos juega en la guerra se hace un gran favor a Peña Nieto: aparece como un gobernante fuerte, seguro, libre y soberano ante el poderoso e imperialista vecino del norte. ¿Alguien lo cree? Entonces, ¿no se menciona a Estados Unidos por descuido, o quizás para encubrir su responsabilidad en la tragedia humana que nos envuelve, descargando toda la culpa en los achichincles?      

Sin importar quién esté al frente de la guerra –militares, policías o ángeles- está continuará generando extorciones, secuestros, trata, desapariciones, tortura y asesinatos. Por lo mismo, la oposición a la Ley de seguridad interior debe tener como principal objetivo denunciar la guerra y sus atrocidades, y en consecuencia, demandar su término.      

Mientras continúe la guerra, en la que el Tío Sam lleva el papel de Comandante en Jefe, no habrá verdad, justicia y paz para nadie. No la habrá para las madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, como tampoco para las familias de defensoras/es de derechos humanos, dirigentes sociales, y periodistas desaparecidos o asesinados.

¡NO A LA LEY DE SEGURIDAD INTERIOR!

¡NO A LA GUERRA DE CALDERÓN, PEÑA NIETO Y EL TÍO SAM!

¡VIVA LA LUCHA POR LA VERDAD, LA JUSTICIA Y LA PAZ!

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CARTA ABIERTA AL SENADO DE LA REPÚBLICA, LXIII LEGISLATURA

6 de diciembre, 2017

Honorables Senadoras y Senadores:

El voto del Senado a favor de la minuta de Ley de Seguridad Interior será una afrenta al lema que preside el Salón de Plenos: LA PATRIA ES PRIMERO. En oprobio de México y su pueblo, dicha ley lo transformará en AQUÍ EL TÍO SAM ORDENA Y MANDA.     

La guerra contra el narco, la migración indocumentada y el terrorismo no es de México ni para su beneficio. Es una guerra impuesta por Washington a través de la Iniciativa Mérida (IM), las políticas prohibicionistas en materia de drogas, el cierre de fronteras a migrantes sin documentos que Estados Unidos ocupa mas no regulariza, y conflictos armados que lleva a cabo en distintas regiones del mundo.  

Con la Ley de Seguridad Interior el país seguirá incendiándose para evitar que las drogas entren a la Unión Americana, en tanto que allá la mariguana se legaliza, aumenta el consumo de estupefacientes, crece la venta de armas a la delincuencia organizada, y se lava la mayor parte de las ganancias por venta de drogas.  

Como ustedes saben, en Estados Unidos no hay marinos ni soldados en las calles combatiendo a balazos a cárteles, migrantes sin papeles y terroristas. No lo hacen tampoco policías federales, estatales o locales.

También es de su conocimiento que en la devastadora guerra que tiene lugar en territorio mexicano desde hace ya diez años Estados Unidos pone las armas y México los muertos.

Con los dólares de la IM Washington hizo formalmente suya la guerra, y bajo el principio el que paga manda, se convirtió en los hechos en Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas mexicanas. Más aún, dado que la Casa Blanca y el Capitolio consideran que el gobierno es corrupto, represor e inepto, la IM prevé reducir los dólares a México y coscorronear públicamente al Ejército y la Marina por violación a derechos humanos. Estados Unidos pretende ignorar que la guerra que patrocina es en sí misma, independientemente de que en ella participen militares o policías, la colosal violadora de derechos humanos.   

La Ley de Seguridad Interior institucionalizará esa impuesta y contraproducente guerra. Por lo mismo, cientos de miles de ciudadanas y ciudadanos, junto con soldados, marinos, policías y migrantes, continuarán siendo víctimas de extorsión, secuestro, trata, tortura, desaparición y asesinato. A la vez, la Ley de Seguridad Interior agravará la corrupción, la impunidad y el sometimiento de México a los intereses económicos y militares de Estados Unidos.   

En lugar de atizar ustedes, Honorables Senadoras y Senadores, la atroz guerra que padecemos votando a favor de la Ley de Seguridad Interior, podrían legislar alternativas saludables, eficaces y soberanas de seguridad pública y humana.  

 LA PATRIA ES PRIMERO, no el Tío Sam.   

Fuente:  La Jornada ~ Primitivo Rodríguez Oceguera, Candidato a Doctor en Historia por la Universidad de Chicago