Lamentable súplica del ingenuo gobierno de AMLO por la ratificación del T-MEC

"Presumió [el subsecretario Seade Kuri] que el gobierno de México delineó una amplia estrategia de cabildeos, que implicó la participación de los 50 consulados de México en EE.UU., así como del sector privado"… El Universal, 23/11/2019

Por Dr. Gonzalo Santos, 28 de noviembre 2019

¡Día de Pocas Cosas de Qué Dar Gracias al Gobierno de la 4T!

Es lamentable el grado de súplica al que ha llegado el gobierno mexicano para lograr la ratificación estadounidense del añorado tratado comercial de las élites regionales.

Muy aparte de que no menciona el hecho de que el bloqueo a la ratificación viene un tanto por parte del sindicalismo nativista y otro tanto del gobierno racista y neomercantilista actual en EE.UU., es muy revelador e ilustrativo cuánto esfuerzo le ha puesto, público y privado, y cuanto apoyo le ha dado el gobierno de la 4T a “persuadir” al gobierno de Estados Unidos - Casa Blanca republicana y Congreso demócrata - para que se ratifique esta nueva versión del TLCAN (NAFTA en Inglés), que, como el actual, aún vigente, beneficia primordialmente a las corporaciones y élites económicas de los tres países (Canadá, México, EE.UU.), y perjudica a las clases trabajadoras de esos países.

Demuestra las verdaderas prioridades del equipo de AMLO de llevarle agua al molino al empresariado mexicano, en abierta alianza con el capital internacional y depredador, muy por encima de cualquier reclamo de las clases trabajadoras y campesinas tan golpeadas por NAFTA en los últimos 25 años. ¿O por qué creen que se disparó la migración irregular y precaria mexicana en este periodo?

Esta priorización de apoyar la agenda empresarial nacional viene desde que AMLO ganó las elecciones de julio 2018 (antes AMLO fulminaba contra el TLCAN y prometía derogarlo); cambió 180 grados cuando, inmediatamente después de la elección, el gobierno de EPN y el equipo de transición de AMLO (incluyendo a Seade Kuri) se unieron para conjuntamente negociar lo que quedaba por negociar del T-MEC, y que ambos aprobaron.

Ya en la presidencia, AMLO se apuró a que el congreso mexicano lo ratificara al vapor, y cuando surgió la resistencia laboral proteccionista y nativista del lado estadounidense, hizo concesiones extras en materia laboral - ¡vaya ironía! - con tal de apaciguar tanto a los sindicatos gringos como al trompismo, que busca su voto.

Hoy AMLO y su gabinete económico hacen todo lo posible por rogarle al congreso estadounidense que hagan lo necesario para ratificar lo que muchos analistas caracterizan como NAFTA 2.0. Pero de "pedir respetuosamente" algo a favor de la diáspora mexicana que creció enormemente bajo NAFTA 1.0 - ¡lo que sea!, legalizar a los Soñadores, no separar familias, alto al racismo contra los inmigrantes y comunidades mexicanas que llevan años acosadas, perseguidas, encarceladas, y deportadas por el ultra-xenofóbico gobierno de Donald Trump – ni pío, sino al contrario, un sepulcral silencio y declaraciones avasalladas de “amistad” y “respeto” a Mr. Trump, el que nos ataca.

¡Así que, nos dice el gobierno mexicano, qué "pedir" por los casi 40 millones de residentes en EE.UU. de origen mexicano ni que ocho cuartos!

Este gobierno nos ha ignominiosamente abandonado al maltrato del rabioso gobierno trompista. ¡Que la diáspora mexicana - y de paso todas la otras latinoamericanas - se las averigüen como puedan y por su cuenta!

La engañosa razón con la que nos alecciona AMLO, como antes lo hicieron EPN, Fox y Calderón, es que todo lo que tiene que ver con el tema migratorio en Estados Unidos es un “asunto doméstico de ese país soberano, y nosotros respetamos la soberanía de ese país”.

¡Pero, aunque los gobiernos mexicanos lo disimulen, la verdad inocultable es que tan inherentemente bilateral e internacional es el tema comercial como lo es el migratorio! Hoy en día, en plena globalización galopante, se requiere la participación multilateral tanto en forjar todo régimen comercial equilibrado, justo y sustentable, como en forjar todo régimen migratorio equilibrado, justo y sustentable – que den sustento a un amplio contrato social integrado y compartido para todos los residentes de la región, no solo privilegios para sus élites.

Como ya lo ha demostrado la Unión Europea, los dos regímenes y contratos sociales están completamente estructuralmente entrelazados. Ha sido precisamente uno de los aspectos más nefastos del neoliberalismo del TLCAN y ahora del T-MEC, que privilegian el régimen comercial por encima de todo lo demás, ignorando el migratorio por completo, y subvirtiendo los contratos sociales de las tres naciones para favorecer al capital transnacional.

Ah, pero en cuanto a reconocer el valor y contribución de la diáspora mexicana, AMLO declaró que este año los paisanos en Estados Unidos romperán el récord histórico mandando a sus familias en México más de $35 mil millones de dólares, lo cual celebró con nulo sentido de responsabilidad hacia los paisanos, llamándolos "héroes que contribuyen al desarrollo de México", como lo hicieron todos los presidentes neoliberales anteriores.

¿Y cuándo va a contar la gran diáspora mexicana con héroes en los gobiernos mexicanos, dispuestos a pelear por sus derechos y reivindicar sus reclamos? ¿Cuándo vamos a tener campeones en México que la defiendan y no solo la ordeñen, que den la cara por ella y exijan – o por lo menos "pidan respetuosamente" - que ya dejen de perseguirnos, oprimirnos, y explorarnos a los mexicanos de afuera?

Una última precisión. Al gobierno de la 4T se le "olvidó" cabildear a la diáspora mexicana, su principal aliado estratégico en EE.UU., para ayudar a ratificar el T-MEC; la desdeñó y se fueron con el puro sector empresarial estadounidense y los dos partidos políticos. Y así les está yendo.

¡A todas luces les está fallando esa “estrategia amplia”! Ahora que se les está desbaratando su intento de ratificar T-MEC, a ver si les cae el veinte para la próxima a nuestros ilustres gobernantes mexicanos, que sin la diáspora mexicana en EE.UU. no va a haber ningún tratado neoliberal que pase. Es la hora de otro tipo de proyecto de integración. Es la hora de la transformación del proyecto de integración regional.

Se requiere un nuevo pacto regional que permita no solo el libre comercio y la libre movilidad del capital, sino el libre tránsito y la libre movilidad de los ciudadanos y trabajadores, bajo un régimen de contrato social más amplio y compartido.

¡Ahí está la lección de fondo! Qué ahorita nadie la quiera reconocer y absorber es, una vez más, reflejo de lo mucho que distan las clases sociales trabajadoras de la región - pero especialmente de las mexicanas que vienen reclamando sus derechos por décadas en la diáspora y en México mismo - de ser tomadas en cuenta, reconocidas como parte vital y coparticipes en la construcción, desarrollo, e integración justa de nuestra región continental. Su ausencia es insostenible. ¿Cuándo se darán cuenta las élites y los gobiernos?

Otro mundo es posible. Otra Norteamérica es necesaria.

El Dr. Gonzalo Santos es profesor emérito de sociología en la Universidad Estatal de California en Bakersfield, y Vicepresidente del Centro de Estudios California