Soñadores retan el miedo para viajar a México en el verano

Es un grupo de 34 jóvenes DACA que van como parte de un programa organizado por el Centro de Estudios California-México

POR: ARACELI MARTÍNEZ ORTEGA, La Opinión ~ 17 Mayo 2017

La primera vez que Lidieth Arevalo salió del país a finales de 2015 para viajar con un permiso de Inmigración (Advance parole en inglés) tenía mucho miedo.

“Ya he ido seis veces con el programa Soñadores Estudian en el Extranjero California-México y poco a poco he adquirido más confianza. Nunca he tenido problemas para reingresar”, confía Arévalo, una joven soñadora quien en 2013 se benefició de la Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA).

Al graduarse de la universidad en la producción de documentales, consiguió trabajo como asistente del programa que en inglés se conoce California-Mexico Dreamers Study Abroad que dos veces por año lleva a un grupo de estudiantes soñadores en un viaje académico y de reencuentro familiar a México.

Lidieth Arévalo, beneficiaria de DACA ha podido viajar a El Salvador a reunirse con su padre y hermano a través del programa. (Foto: Suministrada)

Aunque Arévalo no es mexicana sino de El Salvador, a través de este programa ha podido viajar dos veces a El Salvador en 2015 y 2016. “Fue muy emocionante reencontrarme con mi hermano a quien deportaron y no vi por ocho años y también con mi papá, quien decidió regresar después de la deportación”, explica.

Esta joven, quien fue traída por sus padres a Estados Unidos cuando tenía 13 años, considera que los viajes a México ayudan a los soñadores a reconectarse con la familia y a empoderarse. “Nos sentimos más completos al regresar y con mucho orgullo por nuestra cultura”, comenta.

El grupo más diverso

Este verano, el Centro de Estudios California-México, que preside el profesor Armando Vázquez Ramos, en colaboración con el Colegio de la Frontera Norte de México (COLEF),  llevará a 34 estudiantes dreamers a México.

“Es el grupo más diverso que hemos tenido: 24 son de California, tres de Nueva York, dos de Wyoming, y uno de Washington, Colorado, Wisconsin, Utah y Arizona, representantes de 23 universidades a lo largo de Estados Unidos”, dice Vázquez Ramos.

El grupo de Dreamers que viajó en el programa de invierno 2016. (Foto: Suministrada)

Precisa que de los 34 estudiantes, 29 son mujeres.

Fue en 2014 cuando el profesor Vázquez Ramos comenzó a llevar estudiantes dreamers a México después de que entrara en vigor DACA. Dentro del programa Soñadores Estudian en el Extranjero, más de 120 estudiantes han podido viajar a México en una jornada académica pero también de reencuentro familiar y cultural.

“Esta es la primera vez que vamos sin el apoyo de una universidad de Estados Unidos y que lo hacemos con respaldo de una universidad mexicana como es el Colegio de la Frontera Norte en Tijuana”, explica.

La razón, indica el profesor Vázquez Ramos, es que ante el clima antinmigrante que se viven y las amenazas que había hecho el presidente Trump de eliminar el DACA, las universidades tienen temor de que pase algo.

Pero el catedrático dice:“no podemos dejar que el miedo nos domine y dejar de hacer cosas por temor. Se esperaba que en su primer día de gobierno, Trump desapareciera el DACA. Y no lo hizo, ni lo acabó en su segundo mes. Tenemos que seguir”, enfatiza.

Jaime Jorge, beneficiario de DACA ha regresado dos veces a México. (Foto: Suministrada)

El viaje de los soñadores al reencuentro con sus raíces será de 21 días, del 1 al 21 de agosto.

“Los muchachos van a pasar la mayor parte del tiempo con su familia con el compromiso de entregar un estudio sobre migración relacionado con su gente”, explica.

El periplo concluirá con tres días de conferencias y mesas de trabajo en el Colegio de la Frontera Norte en Tijuana.

“Todo el grupo vamos a regresar caminando el día 21 de agosto por la frontera de Tijuana. Y como soy ningún iluso, decidimos hacer el cruce acompañados por una abogada de migración, líderes de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) y hasta personajes del clero. Ellos son nuestro seguro de entrada y claro que llevamos todos los permisos de salida en orden”, expone.

Y destaca que uno de los objetivos de este viaje es inculcar a los soñadores que son mexicanos pero también estadounidenses, que pueden ser actores en ambos lados.

Emotivas vivencias

Jaime Jorge fue uno de los primeros soñadores en viajar a México en 2014.

“A mi, mis padres me trajeron a California cuando yo tenía 40 días de haber nacido en Acapulco, México. Regresé a México cuando tenía 26 años”, recuerda.

Y dice que en ese primer viaje de 12 días no pudo ir a Acapulco pero sus abuelos y tíos fueron a visitarlo a la ciudad de México. “Fue un encuentro inolvidable”, reconoce.

Ya en un segundo viaje visitó Acapulco, Guerrero y otros estados mexicanos. “Uno aprende de su país, se conecta con sus raíces, tradiciones y modos de vida”, expone Jorge quien creció en Victorville y estudió para ser intérprete. Y confiesa que la experiencia le ha gustado tanto que si pudiera desearía regresar a vivir un año en México.

Karina Ruiz, graduada de la carrera de Bioquímica y activista en Arizona viajará por primera vez a México en el verano después de 18 años de que sus padres la trajeron a EEUU. (Foto: Suministrada)

Su primer viaje

Desde que a Karina Ruiz la trajeron sus padres del estado de México a Arizona en busca del sueño americano cuando tenía 15 años, no ha regresado. Pero este verano, 18 años después de que vino a Estados Unidos., se le va a hacer regresar.

“Lo que más me emociona es ver a mis hermanos, la tumba de mis abuelos, regresar a mi casa y a mi niñez que se cortó de tajo cuando vine a este país”, afirma.

Pero también Ruiz, beneficiaria de DACA, ve este viaje como una oportunidad de conocer más del proceso de migración. “Me gustaría platicar con gente que han deportado, preguntar a otros por qué emigran e ir a fondo del problema”, externa.

A sus 32 años, esta soñadora se ha convertido en una activista proinmigrante. “Esta experiencia me va a ayudar a ser una mejor defensora”, considera.

Al preguntarle que si no tiene miedo, dice que ese sentimiento siempre está ahí y sabe que existe la posibilidad de que no los dejen regresar. “Sé que me estoy jugando el todo por el todo”, reconoce Ruiz quien está casada y es madre de tres menores de 15, 7 y 5 años.

Fuente: La Opinión