Mayo 1968/2018

By Jose Rubinstein ~ Excelsior ~ May 11, 2018

Han transcurrido 50 años del mayo de 1968 en el Barrio Latino de París cuando la chispa de moderadas protestas universitarias prendió una incontenible rebelión, desde la instalación de barricadas y la ocupación de La Sorbona, hasta culminar en una huelga general que paralizó la Francia industrial, apremiando al presidente Charles De Gaulle a convocar a elecciones anticipadas. Probablemente, los primeros sorprendidos del alcance de su revuelta fueron los estudiantes mismos, liderados por Daniel Cohn–Bendit, alias Dany el Rojo.

1968, año emblemático que conjugó el espíritu común de alborotos juveniles no planificados, surgidos en distintos puntos del orbe, coincidiendo en el anhelo de desligarse de lo establecido, lo rígido, lo autoritario. La década de los 60 se destacó por una evidente convulsión política y cultural global, quedando la juventud encargada de la transformación tanto del pensamiento como de la conducta tradicional.

Emergió la Revolución Cubana con la figura del carismático Fidel Castro, al igual que la del icónico guerrillero Ché Guevara, cuya imagen se popularizó en pancartas y playeras. Época de la repudiada intervención de Estados Unidos en la guerra de Vietnam, de los asesinatos de Malcolm X, de Martin Luther King, de Robert Kennedy, de la liberalizadora primavera de Praga, de los Beatles, Los Rolling Stones, Bob Dylan, Woodstoock, los beatniks, los hippies, la sicodelia, el amor libre, la libertad, el existencialismo de Sartre, la espontaneidad  juvenil en una especie de felicidad revolucionaria, clamando prohibido prohibir, queremos el mundo y lo queremos ahora, hagamos el amor y no la guerra.

México en su propia circunstancia participó en los acontecimientos del 68, preparándose para celebrar la XIX los Juegos Olímpicos, sin embargo, una simple riña entre estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del IPN y alumnos de la preparatoria Isaac Ochoterena de la UNAM, en la Ciudadela, ocasionó violenta irrupción policiaca. Y de allí se desataron una sucesión de marchas y mítines estudiantiles, asociados a la dureza policiaca, ejemplificada por el estúpido bazukazo policial que profanó el histórico portón de la Preparatoria 1 de San Ildefonso. Vendría el izamiento de la bandera nacional a media asta en CU por parte del rector Javier Barros Sierra, quien al par de días encabezó memorable marcha de protesta estudiantil por Insurgentes. Igualmente sería creado el representativo Comité Nacional de Huelga.

El Ejército ocupó por 12 días las instalaciones de Ciudad Universitaria. Se realizó la multitudinaria marcha del silencio que calló al gobierno. El rector Barrios Sierra presentó su renuncia en protesta por los excesos gubernamentales, misma que no le fue aceptada. Hasta el fatídico 2 de octubre, en que miles de asistentes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, cuando casi al finalizar el evento, un helicóptero sobrevoló el lugar lanzando luces de bengala, señal para que francotiradores del Batallón Olimpia abrieran indiscriminado fuego contra la multitud. Los muertos se contaron por cientos. El 9 de octubre el CNH aceptó la tregua olímpica y es así como a los tres días fue inaugurada por
el presidente Gustavo Diaz Ordaz, “La olimpiada de la paz”.

Los movimientos de 1968, aislados, pero concatenados en sus reclamos, conquistaron la apreciada aceptación y reconocimiento hacia los jóvenes, considerados como una propia categoría política. Ningún movimiento surgió por motivaciones económicas, la inconformidad hacia lo establecido, la renuencia al sometimiento, desató una ruptura generacional a gran escala, sin embargo, no basta rechazar para cerrar el círculo, es imperioso proponer alternativas sensatas y viables. En todo caso, dichos sucesos obtuvieron un mayor alcance cultural que político, no se derribaron gobiernos, pero se avanzó en temas de libertad, de apertura sexual, ecología, además de la obtención de un limitado consenso social pacifista, antidiscriminatorio y antiautoritario.

A 50 años de distancia del 68 en Francia, su presidente Emmanuel Macron ni siquiera había nacido entonces. El gobierno francés ha minimizado toda celebración al respecto, prevaleciendo el sentimiento de que si hay algo en común entre los jóvenes del 68 y los actuales, es la desesperación. La tasa de desempleo en aquel tiempo era del 2%, hoy llega al 9% y al 20% y más entre jóvenes, con el añadido que el gobierno elimina las protecciones sociales.

En México, este conmemorativo 2018, acudirán 3.5 millones de jóvenes a ejercer su derecho al voto, muchos de ellos conscientes de que ante la situación económica y laboral que prevalece les será complicado encontrar trabajo.

Jorge Volpi: “Se necesita ese espíritu del 68 para tratar de combatir esa enorme cantidad de rezagos que seguimos viendo en término del libertades de ciudadanía o simplemente de democracia”.

Source: Jose Rubinstein ~ Excelsior