En su lucha contra el racismo, la comunidad oaxaqueña se cohesiona mientras Kevin de León fragmenta a las organizaciones mexicanas

Por Soudi Jimenez | Los Angeles Times | 22 de OCT., 2022 | Photo by Gary Coronado

Los Ángeles —  

La salida de Nury Martínez del concilio de Los Ángeles no calmó el enojo de la comunidad, luego de conocerse la conversación donde se vertieron comentarios racistas que ella sostuvo en el 2021 con los concejales Kevin de León y Gil Cedillo junto al líder sindical Ron Herrera, según lo publicado por Los Angeles Times.

Desde que surgió el escándalo, en la primera entrevista que otorgó De León dijo que no iba a dejar el cargo, algo que le han exigido en protestas diferentes organizaciones y miembros de la comunidad.

“No renunciaré porque hay mucho trabajo por encima”, dijo el concejal a la cadena Univision.

De León se enfrenta a un camino espinoso, no solo en el ayuntamiento sino también entre las bases que lo han apoyado en las campañas políticas desde el 2006, cuando llegó a la Asamblea de California, en donde inició su periplo por Sacramento, hasta convertirse en presidente del Senado estatal.

Entre las organizaciones comunitarias mexicanas existe una fragmentación de opiniones. Sin embargo, las organizaciones y empresarios oaxaqueños han hecho un frente común, realizando diferentes protestas en la alcaldía de Los Ángeles y marchando en las calles con un solo objetivo en la mira.

“Tiene que dejar el cargo, no hay vuelta atrás”, indicó Gabriel Cruz, propietario del restaurante El Rincón Oaxaqueño.

Cruz, de 54 años, conoció a De León en 1994 cuando ambos coincidieron en las marchas y protestas en contra de la proposición 187 que promovió el entonces gobernador de California, Pete Wilson, con la que buscaba eliminar los servicios de salud y educación a los inmigrantes indocumentados.

En la actual contienda por el puesto de alcalde, este empresario fue a Boyle Heights a hacer llamadas y pidió a sus connacionales que votaran por el expresidente del Senado. Cruz persuadió a voluntarios a que repartieran hojas volantes y colocó carteles en la mayoría de restaurantes oaxaqueños.

“Tiene que dejar el cargo, no hay vuelta atrás”, indicó Gabriel Cruz, propietario del restaurante El Rincón Oaxaqueño.

Cruz, de 54 años, conoció a De León en 1994 cuando ambos coincidieron en las marchas y protestas en contra de la proposición 187 que promovió el entonces gobernador de California, Pete Wilson, con la que buscaba eliminar los servicios de salud y educación a los inmigrantes indocumentados.

En la actual contienda por el puesto de alcalde, este empresario fue a Boyle Heights a hacer llamadas y pidió a sus connacionales que votaran por el expresidente del Senado. Cruz persuadió a voluntarios a que repartieran hojas volantes y colocó carteles en la mayoría de restaurantes oaxaqueños.

“Convencía a la gente y les decía: ‘Este es el candidato que queremos’”, dijo.

Al revelarse los comentarios racistas, en donde estuvo involucrado De León, Cruz no encontraba en dónde esconder su cabeza. Dice que tuvo sentimientos encontrados, porque reconoce el trabajo que el concejal hizo por los migrantes cuando estuvo en el Senado, pero no podía creer lo que se escuchaba en la grabación que se hizo en las instalaciones de la Federación del Trabajo del Condado de Los Ángeles.

“Es algo indignante, me sentí decepcionado con Kevin de León porque apoyé mucho a su campaña”, aseguró Cruz, quien se desempeña como vicepresidente de la Asociación Oaxaqueña de Negocios, indicando que sus comentarios le cayeron como balde de agua fría. “Te abrazan, pero te apuñalan”, agregó.

En la grabación, realizada en octubre de 2021, la exconcejal Martínez le dice “changuito” al hijo adoptivo del concejal Mike Bonin y a los oaxaqueños se refiere como “gente pequeña” y “feos”, expresiones que fueron celebradas con carcajadas por Cedillo, De León y Herrera.

Mauro Hernández, presidente de la Organización Regional de Oaxaca (ORO), considera que esa conversación le resulta ofensiva y manifiesta que nadie que ocupa una posición política puede dirigirse a su comunidad con esos comentarios racistas.

“Tanta culpa tiene la señora que prendió la mecha, como aquellos que estuvieron riéndose”, dijo el activista lamentando que De León, a quien consideraban su aliado y que apoyaron en el pasado, no haya tomado la iniciativa para detener a Martínez por las palabras estigmatizantes y denigrantes.

“Eso no lo debemos permitir, porque sino todo lo que se refiere a inclusión, respeto, justicia e igualdad se irá a la basura”, añadió Hernández. “Lo que queremos es que renuncie”, insistió, asegurando que esto debe quedar como un precedente para otros y que sepan que no van a tolerar la discriminación.

El jueves, después de 12 días desde que trascendió este caso, se reunió el Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes (Colefom), que aglutina a más de 100 entidades de Los Ángeles y de todo Estados Unidos, para escuchar a los representantes de organizaciones oaxaqueñas.

En ese foro, realizado vía zoom, la comunidad indígena subrayó la postura que han mantenido desde el principio. Después de casi tres horas de reunión, los miembros de Colefom que participaron decidieron no emitir un posicionamiento formal sobre la demanda de los oaxaqueños.

“Se condenó las palabras racistas, se condenó que uno de los nuestros haya estado inmiscuido en una plática tan traicionera en contra de nosotros mismos como comunidad latina y como comunidades indígenas”, aseguró Francisco Moreno, coordinador de asuntos políticos en Estados Unidos de Colefom.

El colectivo está dividido y no comparten, en su mayoría, pedir que De León renuncie al cargo porque consideran que eso les quitaría poder político.

“En lo que diferimos un poco es en las formas de cómo podemos ayudarnos”, abundó Moreno.

Eso mismo es lo que plantea Juan José Gutiérrez, abogado y director de la Coalición de Derechos Plenos para los Inmigrantes, fundada en 1997. Este activista afirma que conoció a De León hace 30 años, cuando el ahora concejal era educador y trabajaba con la comunidad migrante en el condado de Ventura.

“Concluir que porque hay voces que reclaman su renuncia él no tiene apoyo, pienso que sería erróneo e injusto”, dijo Gutiérrez, aduciendo que el error del ex-senador es que no ejerció liderazgo.

“Si yo hubiera escuchado ahí [algo] que me hace sentir en mi corazón y mi conciencia de que Kevin de León no se midió y es un racista incorregible, yo sería el primero en estar pidiendo su cabeza”, dijo el activista. “No debemos ser necesariamente tan severos, tan crueles”, añadió.

Kevin De León, concejal de Los Ángeles, encabezó la conferencia de activistas que exigen una reforma migratoria integral.

En medio de este escándalo, la comunidad oaxaqueña ha sido acompañada por los afroamericanos; sin embargo, las organizaciones y activistas mexicanos han brillado por su ausencia.

“¿En dónde están?”, se pregunta Hernández, presidente de ORO.

“En época de elecciones dicen que nos representan y están trabajando por la comunidad; sin embargo, ahorita que tenemos este problema de racismo no miramos acción, no hay apoyo”, se quejó el activista de la falta de acompañamiento por parte de las organizaciones mexicanas.

La ruta está trazada, dijo Hernández. Las organizaciones y activistas oaxaqueños van a reunirse para “tomar acciones” los días venideros.

A juicio de Gaspar Rivera Salgado, sociólogo y director del Centro de Estudios Mexicanos de UCLA, la indiferencia mostrada por otras organizaciones es un mal cálculo político porque cree que la carrera de De León difícilmente se levanta después de todo lo que ha pasado.

La comunidad oaxaqueña “está completamente cohesionada y unida”, aseguró el investigador. “Esto nos está impulsando a participar de una manera más decidida, firme y estamos muy claros de lo que queremos”, subrayó el académico originario de Oaxaca, quien se ha sumado a las movilizaciones.

La inacción de la comunidad mexicana, dijo Rivera Salgado, es difícil de entender.

“Hay una separación, [ellos] no se sintieron aludidos a los mensajes racistas, no se sintieron como se sienten los negros y los indígenas oaxaqueños; estamos viviendo como en universos paralelos”, dijo el académico, apuntando que con sus acciones la comunidad oaxaqueña está diciendo “ya basta”.

De León, de 55 años, es concejal del Distrito 14 desde octubre de 2020, cargo al que llegó después de fungir durante cuatro años como presidente del Senado (2014-2018).

Miguel Tinker Salas, profesor de estudios latinoamericanos del Pomona College, asegura que el concejal De León refleja las mismas políticas divisorias a las que se opuso en su juventud, cuando participó en la década de 1990 en las protestas en contra de la proposición 187.

“Contradice todo lo que había logrado hacer”, dijo.

Si él no renuncia, como lo ha señalado, va a provocar un atraso en el funcionamiento del concilio municipal, debido a que sus colegas concejales han perdido la confianza en De León, plantea Tinker Salas. El experto asegura que este funcionario municipal se está aferrando al “mito de la indispensabilidad”.

“Estamos ante el tradicional político latinoamericano”, dijo. “Él ha quemado tantos puentes con esta declaración que no creo logre ser un representante efectivo de su comunidad; además, hay generaciones de relevo como hubo en la 187”, aseguró el académico.

Lo que ha pasado, dijo Tinker Salas, sirve para que llegue una nueva generación de políticos que represente la diversidad completa de la comunidad, entre ellos a los indígenas, afrodescendientes y asiáticodescendientes. Pero para eso será necesario que Kevin de León dé un paso al costado.

“Esto ha producido una herida que no va a comenzar a cicatrizar hasta que él renuncie”, concluyó el académico.