Nuestro presidente mexicano, que arribó al poder como un águila azteca, hoy, bajo el populachero lema de "no hay que agarrarse con Sansón a las patadas" ya aceptó fungir como franco alcahuete de Sansón, con lo que resulto, tristemente, ser puro pájaro nalgón.
Con la excusa de la entrada en vigor del neoliberal T-MEC (TLCAN 2.0), AMLO va a Washington no a otra cosa que a rendir pleitesía a ese nefasto xenófobo y racista que hoy habita en la Casa Blanca.
Sin ni siquiera la presencia de Canadá para taparle el ojo al macho, AMLO va dizque a "agradecerle" a "míster Tron" ¡su "gran amistad y apoyo a México"!
¿Cuáles jaulas con niños mexicanos y centroamericanos? ¿Cuáles ignominiosos muros? ¿Cuáles solicitantes de asilo botados desamparados y hacinados en nuestra frontera norte? ¿Cuáles millones de paisanos perseguidos, encerrados, y deportados? ¿Cuáles insultos, vejaciones, agravios, y medidas draconianas a toda nuestra diáspora mexicana en EE.UU.? ¿Cuáles amenazas y ultimátums a México a que se doblegue a los dictados antinmigrantes de Washington? ¿Cuál cruel saña contra nuestros soñadores?
¿Qué pasó con la promesa esa que en el gobierno de la 4ª Transformación “ya no habrá simulaciones”?
¿Qué pasó con ese desafiante y valeroso "¿Escucha, Trump” de campaña? ¿Qué pasó con la promesa de rechazar por fin el neoliberalismo plasmado en el TLCAN que tanto dañó causo y daña a México?
Todo quedó en el olvido. Bueno, ni siquiera la intromisión militar y de inteligencia gringa en los asuntos de violencia y seguridad interna en México se ha terminado, sino todo lo contrario (bastó con un "párale" de Trump, y AMLO le paró).
Hoy, a pesar de las repetidas advertencias de todo mundo, y de la indignidad entre los 60 millones de latinos en Estados Unidos perseguido y vilipendiados por Trump, AMLO está a punto de repetir el humillante episodio que en su momento enlodeció la investidura presidencial ese otro presidente servil, Enrique Peña Nieto, cuando se prestó a servir de accesorio para la campaña electoral del trompudo en Los Pinos en el 2016.
Pero peor aún, AMLO va a la Casa Blanca a dejarse denigrar cuando lo exhiba Trump de nuevo, como seguramente lo hará ante las cámaras, como su leal achichincle, su migra, su muro, y lo "felicite" por el "magnífico trabajo" sucio que le brindó desde junio del año pasado interceptando, deteniendo, embodegando, y deportando a miles de refugiados centroamericanos.
Lo hará ante las cámaras, con un AMLO sonriente y calladito.
Él, AMLO, seguramente se reducirá a hablar del T-MEC y de cómo, con su entrada en vigor, ¡México seguramente arrancará económicamente al bienestar y la prosperidad!
Como si ese tratado no fuera la continuidad del mismísimo modelo económico asimétrico que ha hundido a la economía mexicana y expulsado a millones de paisanos, y que AMLO prometió no abandonar.
Pero todo eso ya quedó en el olvido: ¡el futuro neoliberal (con más altos muros para que ya no nos pasemos) es prometedor, van a ver!
Puro pájaro nalgón, como dije. AMLO hoy está a punto de volar al nido del buitre anaranjado de garras bien afiladas destrozando a nuestra gente, a nuestros pueblos.
Pero AMLO va a ir muy alegre con las nalgas bien aceitadas a Washington de a gratis, con su dizque "amigo" odioso y nefasto, ante la indignación, enojo, y repudio de 40 millones de mexicanos de los 60 millones de latinos residentes en Estados Unidos que han sido su blanco de ataques incesantes.
Y va a regresar más desprestigiado que nunca, su investidura presidencial violada, su reputación desplumada, y políticamente todo moreteado.
¡Ah, pero seguro que ahora sí ya la vamos a librar con el T-MEC!
Merecemos, los mexicanos en México, y los mexicanos de la diáspora, mejor liderazgo que este y la de los últimos presidentes serviles y avasallados que hemos tenido.
Fuente: Dr. Gonzalo Santos ~ Julio 6, 2020
