Por Merry MacMasters ~ La Jornada ~ Noviembre 11, 2018
Ciudad de México. El artista visual Gabriel Macotela convocó nuevamente a la comunidad artística para pintar en la barda localizada sobre las calles de Medellín, Yucatán y Zacatecas, colonia Roma, que rodea un estacionamiento. Esta vez el tema fue los migrantes y la caravana proveniente de Centroamérica.
Los primeros pintores en llegar ayer a la cita a las 11:00 horas fueron el mismo Macotela, Gilberto Aceves Navarro –hizo el viaje desde Cuernavaca-, René Freire, Jesús Miranda, Gimena Garza y Arturo Buitrón. Al poco rato arribaron Eloy Tarcisio, Aldo Flores, Mary Williams, Margarita Nava, Héctor (un chico de la calle que se interesa por la pintura), Liliana Düering, Ana Báez, Antonio Ortiz Gritón y Alberto Castro Leñero. Cada quien llevó su pintura.
Entrevistado, Macotela recordó que los del Grupo Suma “pintábamos bardas hace 40 años. Pero, antes de eso, el maestro Aceves Navarro y su generación –José Luis Cuevas y Manuel Felguérez- lo hacían desde la época de la Ruptura. Ellos fueron los pioneros de esta manifestación callejera. Ahora retomamos la idea. Algo colectivo precisamente, es la idea de todos”.
Fue ésta la tercera ocasión que Macotela lanzó la convocatoria. La primera vez el tema fue la violencia y la impunidad, y la segunda, los feminicidios y desaparecidos. “Este gobierno ha sido terrible para México, el país se ha convertido en un infierno. Los inmigrantes que vienen de Centroamérica son personas muy pobres, más que los mexicanos. Hay que respetar y ayudarlos. Va a ser muy difícil que los acepten en Estados Unidos, ojalá que aquí sí y les den trabajo”.
–¿Quién le da permiso para pintar la barda?
–Nadie. Desde que pintamos la primero vez no hubo problema. Los pintores y las personas de la cultura no necesitamos permiso para eso. Lo único que deseamos es que no lo borren, que no vengan los grafiteros a trabajar encima. Vamos a dejar algunos de los murales con el tema de la violencia.
Aceves Navarro, de 87 años, quien permaneció parte del tiempo en una silla de ruedas, reconoció que “hay un montón de personas que están en contra de los migrantes aunque ellos han dicho ‘no nos queremos quedar aquí, sólo vamos de paso, ayúdenos’. Eso es lo que hay que manifestar. La ayuda que se puede dar es esa y para eso estamos los artistas que se prestan, que tengan la responsabilidad de ser personas participativas. Los artistas tienen las herramientas para manifestar las cosas, la forma de hacerlo y, bueno, hay bardas. Hay que aprovecharlas”.
Según Eloy Tarcicio “los artistas tenemos un compromiso con la sociedad. No sólo podemos hablar para nosotros mismos, sino debemos hablarle al mundo sobre lo que sucede. Somos comunicadores que tenemos la parte sensible en nuestros materiales. Hace falta que nos hagamos oír, que las personas voltean, nos vean y puedan verse reflejadas en ello”.
Para el pintor “el hombre está perdiendo su libertad y debe recuperarla”. Es decir, “la posibilidad de moverse, de vivir y desarrollarse en lo que quiera”. Trae a colación los pueblos indígenas que no tenían barreras, ni fronteras, cuyos integrantes podían desplazarse. El siglo XXI debería de ser así para que el hombre pudiera moverse libremente. Sin embargo, nos encerramos cada vez más y las fronteras se construyen de manera impresionante. Pareciera que nos regresamos a la perestroika o a un momento en que el muro de Berlín ahora es el muro de EU”.
Antonio Ortíz Gritón, al contemplar los muros “liberados”, recordó obras relevantes del pasado en torno a los migrantes como la exposición Éxodos,de Helen Escobedo y la instalación de 2 mil 501 refugiados de Alejandro Santiago. “En ese entonces era un tema que casi no abordábamos”, apuntó.
Un momento memorable fue cuando Arturo Buitrón embarró un sueco de pintura y lo golpeó en el muro para recrear las pisadas de los migrantes. La jornada fue amenizada por Adolfo Flores, un saxofonista callejero que siempre les ha acompañado.
Fuente: Merry MacMasters ~ La Jornada ~ Noviembre 11, 2018
