Analysis and critique of Jorge Castañeda’s “A perfect storm is coming to Mexico” Op-Ed in the New York Times

A Mexican neoliberal assessment of what Mexico’s elite faces

By Dr. Gonzalo Santos, El Magonista Exclusice Op-Ed ~ January 10, 2018

"A pity that Mexico proved unable to take advantage of its last 25 years of good fortune in dealing with the United States. Now only God and the Virgin of Guadalupe can help." - Jorge Castañeda, Mexico Secretary of State under the Vicente Fox regime (2000-2006).

Very intelligent analysis from the perspective of the Mexican economic and political elites, staunch allies and practitioners of the United States neoliberal vision.

What follows is my critique of that perspective, in Spanish. I essentially claim that these elites are now trapped in a sort of deep denial of the colossal strategic blunder they made over the past three-and-a-half decades, of tying themselves too closely to the United States and its failed neoliberal vision of economic development and global governance.

Se están quedando como novias de rancho: todos vestidos y alborotados, abandonados por su "novio gringo" (rico pero endeudado socio comercial y poderoso pero prepotente aliado geopolítico).

Como admite Castañeda, ya solo les queda rezar por un milagro. Pero están equivocados él y el resto de esa alcahueta, seducida, y obsequiosa inteligentzia liberal/neoliberal mexicana, que se pasaron los últimos 35 años  -- desde el ascenso de Reagan en EE.UU. y Salinas en México, para ser precisos -- justificando e insistiendo que el destino de México era abandonar su proyecto nacionalista y abrazar y atarse al proyecto que en aquellos tiempos llamaron "el consenso de Washington", y que después se le conocería como el proyecto de "globalización" corporativo, supuestamente inevitable en la era unipolar de la post-guerra-fría, liderado en los 90’s por Bill Clinton y su OMC (WTO en inglés), y aun hasta tiempos recientes por un Obama campeón del TPP.

¿Pero qué pasó? Tres cosas:

(1) El proyecto neoliberal hacia Sudamérica - que llevó a las "décadas perdidas" de los 80 y 90, se desplomó estrepitosamente, disparando la pobreza, la desigualdad, y el saqueo de las transnacionales, dando lugar a la llamada "ola rosada" de regímenes anti-neoliberales en casi toda Sudamérica - electos popular y democráticamente, no hay que olvidar! - bajo el liderazgo de Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Michellet en Chile, los Krishner en Argentina, Morales en Bolivia, Mujica en Uruguay, Correa en Ecuador, etc..

Ellos optaron por una visión nueva de integración sudamericana democrática, autónoma geopolítica y económicamente de todos los poderes mundiales - especialmente de los EE.UU., enterrando de una vez por todas la nefasta y añeja Doctrina Monroe y la histórica subordinación latinoamericana a la imperialista hegemonía yanqui. Formaron instancias alternativas a la OEA (dominada por les EE.UU.), como UNASUR, ALBA, Mercosur, CELAC. Le cerraron el paso al bélico Bush II. Reincorporaron a Cuba y forzaron a Obama a reestablecer relaciones diplomáticas con la isla. Les fue bien en todos los sentidos, hubo grandes avances hasta hace poco.

Pero ahora, por varias razones que no analizaré, Sudamérica cruza por un nuevo reto de gobernabilidad democrática y crecimiento sustentable, especialmente en Venezuela y Brasil. Pero ya se dio el primer paso para la eventual unidad y autonomía continental, y lo más importante para el futuro de la región: ya se demostró que sí es posible un desarrollo sustentable del continente sin el sometimiento anterior a los dictados de los poderes mundiales ni del capital global.

(2) México, que hizo todo lo posible por seguir el modelo neoliberal al pie de la letra, desmantelando y privatizando su robusto sector estatal y abriendo su economía de par en par al capital transnacional estadounidense, también pasó por muchas de las severas crisis económicas neoliberales que aquejaron a Sudamérica desde los 80’s, pero con la salvedad que México nunca se emancipó de su dependencia periférica a los EE.UU., sino que al contrario profundizó su integración asimétrica y desigual con EE.UU., y se subordinó cada vez más a los mandatos de Washington en materia geopolítica.

Esto llevó a que México NO se recuperó en los 2000, sino que empeoró, cayendo en un espiral de contracciones económicas, criminalidad, emigración, y perdida de su soberanía, que hasta la fecha continúa empeorando. México es un estado fallido, con altos índices de criminalidad, violencia, y corrupción, sin que se logre despegar su economía.

(3) Y para acabarla de amolar, EE.UU. mismo abandonó su propio proyecto neoliberal y adoptó una postura neomercantilista (anti-TLCAN) y una marcada hostilidad hacia México, los migrantes mexicanos, y las comunidades latinas en ese país. El “socio” se volvió en declarado “enemigo”.

Por eso digo que México se quedó como novia de rancho, abandonado y hasta repudiado con el advenimiento de Donald Trump a la presidencia.

Castañeda y sus aliados intelectuales y políticos de las élites mexicanas tienen cuentas qué rendir ante el pueblo mexicano y sus comunidades migrantes en EE.UU. Decir, como lo dice él, que el tema migratorio es un tema “doméstico” de los EE.UU., y suponer que todavía le queda vida al modelo neoliberal, es un disparate y un acto de deshonestidad intelectual.

No es México el que enfrenta una tormenta perfecta, son sus élites avasalladas y corruptas las que han fracasado tanto al interior del país con el pueblo mexicano cada vez más empobrecido y traicionado, como en sus expectativas de quedar muy bien con, y ser recibidos al Primer Mundo. Ya fueron ignominiosamente rechazados por el último y pronto serán rechazados en las urnas por el primero.

#OtroMéxicoEsPosible #OtraNorteaméricaEsNecesaria