Por: Gardenia Mendoza, La Opinión ~ Junio 15, 2017
MÉXICO.- La población de Nuevo León aún no lo sabe, pero en la última semana se encuentra en silencio uno de sus principales aliados contra la corrupción y la inseguridad en el norte del país: Víctor Badillo, reportero del diario local Publimetro que se edita en la ciudad de Monterrey y la zona conurbada.
Badillo cuenta que fue encerrado por seis horas en un pequeño cuarto batido completamente de excremento en las instalaciones de la policía municipal de Escobedo por órdenes del titular de la dependencia, el general en retiro Hermelindo Lara, después de que lo denunció por utilizar a los agentes públicos para los servicios de su empresa privada Fuerza Verde.
“El gas que soltaba el excremento me aceleraba el corazón y yo sentía que iba a morir”, cuenta en medio del evento “Agenda Periodistas”, convocado por el gremio que busca crear un plan de acción para protegerse a sí mismo de venganzas relacionadas a su trabajo a un mes del asesinato del periodista y escritor sinaloense Javier Valdez.
Desde el año 2000 han sido asesinados 105 periodistas, según la organización Artículo 19; la mayoría de ellos en los últimos cinco años y, particularmente en 2017, el ritmo de ataques se ha incrementado a un comunicador cada 20 días.
“Queremos hacer un plan de acción integral sobre los problemas de la libre expresión que tienen que ver con seis temas”, precisó el periodista y escritor Diego Osorno.
Estos temas son: que las fiscalías no funcionan, que los mecanismos de protección a periodistas no son suficientes, que los dueños de los medios de comunicación no garantizan las condiciones básicas de seguridad, que la publicidad oficial es un arma de censura y de chantaje y la sociedad no está comprometida ni solidaria con el gremio porque no entienden la importancia del trabajo periodístico.
Badillo se volvió un enlace clave con la sociedad de Escobedo desde que dio a conocer la presunta corrupción de la empresa privada del general retirado. La población comenzó a buscarlo para pasarle otro tipo de denuncias como la tortura a seis mujeres cadetes de la academia de policía y el supuesto traspaso de órganos sin consentimiento del donante al hijo de la presidenta municipal Clara Luz Flores.
“Los colegas de la zona optaron por no publicar información comprometedora para no meterse en problemas desde que diferentes grupos criminales peleaban por la hacerse de la plaza en Nuevo León y me decían, ‘oye, ¿por qué eres tan directo? Te van a matar’, pero yo no puedo dar información a medias porque para denunciar estamos los periodistas”.
– Explícame por qué te has dedicado a atacarme a mi, a mi familia y a la institución- reprochó el general Lara a Badillo después de sacar a Badillo del cuarto de mierda.
– Es mi trabajo.
– Dame tus fuentes.
– No.
– ¿Cómo quedamos entonces?
– Como quiera…
– ¡Vete!
El diálogo fue el pasado 3 de junio y desde entonces el periodista regiomontano no come bien, tiene insomnio y lo que es peor: no escribe. “Tengo miedo y ganas de llorar”, se sincera igual que otros reporteros que se encuentran en las mesas de trabajo quienes, en medio de amenazas e incertidumbre, asistieron para contribuir en el eventto “Agenda de Periodistas” que concluirá mañana con un plan de acción que se hará público.
“Se trata de lograr una agenda integral: de nada sirve que nos pongan un botón de pánico o nos sigan con una escolta si la inseguridad está ahí, si el crimen sigue ahí y la impunidad”, observó Norma Trujillo, corresponsal en Veracruz del diario La Jornada, amenazada en varias ocasiones por todo tipo de cobertura. “Te pueden matar por cualquier cosa”.
Fuente: La Opinión